Miquel Barceló nació en Felanitx,
Mallorca, donde estudiaría brevemente en la Escuela de Artes y Oficios
(1972-1973) antes de matricularse en la Escuela de Bellas Artes de
Barcelona en 1974. Después de un año en Barcelona regresaría a
Mallorca para unirse al grupo vanguardista conceptual Taller Lunátic, y
participar en la publicación del periódico de artistas llamado Neón de Suro
(1975-1982). Un año después de regresar a Mallorca, Miquel Barceló expuso en
solitario por primera vez en el Museo de Palma. Esta exposición tenía una
marcada influencia del Art Brut, o arte marginal, un estilo que
Barceló había descubierto en 1970 en París, antes de comenzar sus
estudios formales de arte.
En la década de los 80 viajó a lo largo de
Europa, Estados Unidos y África Occidental, y acabaría por establecer estudios
en París y en Ségou, en Mali. Sin duda, el tiempo que Miquel Barceló pasó en
diferentes países afectó a su arte, en forma de paisajes multifacéticos y
diversas influencias culturales. Su obra representa una exploración eterna de
nuevas formas de expresión, en las que experimenta con diferentes técnicas,
materiales, texturas, perspectivas de luz y colores. Un tema recurrente en
el arte de Miquel Barceló es el mar, al que se aproxima desde
distintos ángulos; un motivo que podría sugerir una fuerte relación con la isla
de Mallorca, su tierra natal.
En 1981, Miquel Barceló participó en la
Bienal de Arte de São Paulo, y en 1982 el pintor obtuvo el reconocimiento
internacional en Documenta VII, una de las más importantes exposiciones de arte
moderno y contemporáneo, celebrada cada cinco años en Kassel, Alemania.
Desde mediados de la década de los ochenta, Miquel Barceló es considerado uno
de los artistas españoles más influyentes, y su obra está presente en
las galerías de arte más prestigiosas del mundo, como la Galería Bruno
Bischofberger y Leo Castelli, además de otros importantes museos y enclaves
culturales. El éxito de Barceló fue públicamente reconocido en su país
de origen en 1986, cuando se le concedió el Premio Nacional de Artes
Plásticas en España. En 1996, a la edad de 39 años, los últimos diez años de su
producción artística se expusieron en la Galería Nacional de Arte
Moderno del Centro Pompidou en París.
Como homenaje a su tierra natal, en
2004 Miquel Barceló elaboró un mural de aproximadamente 300m² para una capilla
de la catedral de Mallorca. La capilla de san Pedro está dedicada al Sagrado
Sacramento y a la Última Cena. Inspirado en este tema, Barceló cubrió las paredes
de la capilla con terracota y las decoró con pinturas relacionadas con la
multiplicación de los panes y los peces, un milagro del sexto capítulo del
Evangelio de San Juan.
A principios de 2003, cuando ya había comenzado a
trabajar en el mural en Vietri, Nápoles, se había enterado de que había
sido galardonado con el Premio Príncipe de Asturias, el
reconocimiento artístico más prestigioso en España. El mismo año que terminó el
mural, el Museo del Louvre de París expuso las acuarelas de Barceló
sobre la Divina Comedia de Dante, convirtiendo al pintor en el
artista más joven que había expuesto sus obras en el museo.
Pase de pecho 1990. Técnica mixta sobre
tela.
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