lunes, 22 de abril de 2019

ABRAHAM LACALLE


Contemplar sus pinturas es siempre una experiencia placentera. Sus obras actúan como un imán que atrae con igual intensidad a profanos y a especialistas en arte contemporáneo. Abraham Lacalle (Almería, 1962) es un hedonista y sus obras están impregnadas de ese impulso que le lleva a exprimir lo bueno de la vida. 

El artista ha conseguido saltar al mercado del arte internacional, especialmente desde que lo fichó la galería Marlborough de Madrid. Formado en Sevilla, ciudad a la que volvió en 2002 tras pasar ocho años en Madrid, Lacalle es un "pintor urbano", un creador "sin manías" que parte de la figuración para crear un universo de mundos superpuestos marcados por colores muy planos y primarios, una especie de magma que a veces se traga las referencias a la realidad y cuya vitalidad atrapa a todo tipo de público.

"Son imágenes para contemplar durante mucho tiempo. Imágenes ambiguas que el espectador tiene que construir; pero que siempre conservan una referencia a la realidad", explica el artista en su estudio en la calle de Pérez Galdós, en el sevillano barrio de La Alfalfa.

El espacio recién remodelado, de 300 metros cuadrados, es parte de un patio de un edificio modernista de 1919 que proyectó José Espiau. "He intentado crear un espacio diáfano, ocupado sólo por libros y pinturas", cuenta. Ha recuperado un sótano que empezó siendo una cámara para madurar plátanos a principios del siglo XX y acabó en escombrera. Su estudio, con columnas de hierro forjado de cinco metros, no tiene luz natural, pero eso no le importa a este almeriense curioso y tremendamente amable. 

EDUARDO ARROYO


Eduardo Arroyo Rodríguez (Madrid, 26 de febrero de 1937) es un pintor español de estilo figurativo, clave de la figuración narrativa como de la Neofiguración (o nueva figuración) española y vinculado al pop art. Refugiado en París desde 1958 por causa de su antifranquismo, Arroyo cobró protagonismo en el circuito artístico nacional tardíamente, a partir de los años 80, tras un alejamiento de dos décadas forzado por el régimen franquista. Actualmente, sus obras cuelgan en los más reputados museos de arte moderno españoles y extranjeros y su creatividad se extiende a las escenografías teatrales y las ediciones ilustradas.

 Arroyo nació en Madrid, pero, tiene raíces leonesas. Tras finalizar la carrera de Periodismo (1957), se trasladó a París (“como muchos otros”, según él) huyendo del ambiente asfixiante del franquismo. Dejó atrás una primera etapa de caricaturista con incipientes coqueteos en la pintura, aunque su primera vocación fue escribir, tarea que prosigue hasta hoy. 

CONSUELO HERNÁNDEZ


Consuelo Hernández, representativa pintora española en la corriente del realismo,  considerada entre los más destacados artistas plásticos españoles contemporáneos. Artista con gran relevancia internacional. 

Con una sólida formación en los campos del Arte y de la Literatura, Consuelo Hernández realiza su primera exposición individual en 1979, en Plasencia (Cáceres) en la que su obra muestra la influencia de los pintores impresionistas franceses, influencia que va dejando atrás hasta la inmersión plena en el realismo pictórico , en muchas ocasiones "poético", como han afirmado diversos críticos de su obra: Mario Antolín, Aníbal Núñez, Mohamed Lahchiri, José María Bermejo, José Marín Medina.

La temática de su obra, pintura y dibujo, se centra en personas, seres y objetos del entorno cotidiano, así como en composiciones que, partiendo de la realidad, llegan a ser personal creación de la artista. Durante los seis años de su estancia en Tánger (1997-2003) sus pinturas se inspiran en la arquitectura decadente de la época internacional de la ciudad, en especial las que dedica al Teatro Cervantes: Primavera, Verano, Otoño, Invierno en el Teatro Cervantes de Tánger

LUIS GORDILLO


Pintor español nacido en Sevilla. Contemporáneo de los informalistas españoles de la década de 1950, Luis Gordillo, sin embargo, está considerado como el pionero de una de las tendencias más significativas de la España de los años setenta, la figuración madrileña. Comenzó a estudiar la carrera de Derecho en su ciudad natal, pero al poco tiempo la abandonó para dedicarse a la pintura, y se matriculó en la Escuela de Bellas Artes. 

En 1958 viajó a París, donde se interesó por la obra de Jean Fautrier (1898-1964) y Jean Dubuffet (1901-1985). Durante esta época siguió los planteamientos estéticos de las vanguardias de Art Autre o Dau al Set, como se aprecia en su primera exposición en Sevilla, en 1959, en la Sala de Información y Turismo. 

Tras otra estancia en París, su pintura se encaminó hacia la figuración, interesándose por Francis Bacon y el Pop Art estadounidense. En los primeros años de la década de 1960, sus series de Cabezas y de Automovilistas configurarán la primera incursión no mimética de un artista español en el pop internacional. Su experiencia con el psicoanálisis abre nuevas vías y sentidos a su obra. 

lunes, 15 de abril de 2019

MIQUEL BARCELÓ


Miquel Barceló nació en Felanitx, Mallorca, donde estudiaría brevemente en la Escuela de Artes y Oficios (1972-1973) antes de matricularse en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona en 1974. Después de un año en Barcelona regresaría a Mallorca para unirse al grupo vanguardista conceptual Taller Lunátic, y participar en la publicación del periódico de artistas llamado Neón de Suro (1975-1982). Un año después de regresar a Mallorca, Miquel Barceló expuso en solitario por primera vez en el Museo de Palma. Esta exposición tenía una marcada influencia del Art Brut, o arte marginal, un estilo que Barceló había descubierto en 1970 en París, antes de comenzar sus estudios formales de arte.

En la década de los 80 viajó a lo largo de Europa, Estados Unidos y África Occidental, y acabaría por establecer estudios en París y en Ségou, en Mali. Sin duda, el tiempo que Miquel Barceló pasó en diferentes países afectó a su arte, en forma de paisajes multifacéticos y diversas influencias culturales. Su obra representa una exploración eterna de nuevas formas de expresión, en las que experimenta con diferentes técnicas, materiales, texturas, perspectivas de luz y colores. Un tema recurrente en el arte de Miquel Barceló es el mar, al que se aproxima desde distintos ángulos; un motivo que podría sugerir una fuerte relación con la isla de Mallorca, su tierra natal.

En 1981, Miquel Barceló participó en la Bienal de Arte de São Paulo, y en 1982 el pintor obtuvo el reconocimiento internacional en Documenta VII, una de las más importantes exposiciones de arte moderno y contemporáneo, celebrada cada cinco años en Kassel, Alemania. Desde mediados de la década de los ochenta, Miquel Barceló es considerado uno de los artistas españoles más influyentes, y su obra está presente en las galerías de arte más prestigiosas del mundo, como la Galería Bruno Bischofberger y Leo Castelli, además de otros importantes museos y enclaves culturales. El éxito de Barceló fue públicamente reconocido en su país de origen en 1986, cuando se le concedió el Premio Nacional de Artes Plásticas en España. En 1996, a la edad de 39 años, los últimos diez años de su producción artística se expusieron en la Galería Nacional de Arte Moderno del Centro Pompidou en París.

LUIS PÉREZ


Luis Pérez nació en Valladolid en 1978. Es Licenciado en Historia del Arte por la Universidad de Valladolid.  Entre 2004 y 2008 vive y trabaja en Londres. En la actualidad reside en España.

Los cuadros del vallisoletano reúnen, sin temor a la padaroja, los conceptos "lleno" y "vacío"; son retratos urbanos plagados de detalles, pero casi por completo carentes de figura humana. No son, sin embargo, pinturas de la desolación, sino representaciones de la huella del hombre en la ciudad; seres que no se ven, pero se intuyen. El resultado es el tiempo detenido, una obra que roza lo onírico.

ANTONIO LÓPEZ GARCÍA


Antonio López nació el 6 de enero de 1936 en Tomelloso (Ciudad Real). Fue el mayor de los cuatro hijos de unos labradores acomodados. Antonio López se inició en la pintura con doce años influenciado por su admirado tío, el pintor Antonio López Torres, fue en su taller donde empezó a interesarse por la pintura.

En sus obras se aprecia la influencia de Salvador Dalí de quien toma el gusto acusado por la realidad y el predominio del dibujo sobre la pintura.
En 1950 Antonio López se traslada a Madrid para cursar estudios de pintura en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, donde conoció a Lucio Muñoz y otros con los que formó la llamada escuela madrileña.

Una beca le permitió viajar a Italia para estudiar la pintura renacentista. Durante este período comenzó a interesarse por la pintura española en el Prado, especialmente por la de Velázquez, una de sus principales referencias.

En 1955 al terminar sus estudios, compagina su trabajo entre Tomelloso y Madrid. De 1964 a 1969 imparte lecciones de preparación sobre el color en la Real Academia de San Fernando.